Comentario de Jairo Rojas sobre «Pichis»

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Comentario de Jairo Rojas, sobre mi novela «Pichis»

El primer párrafo de la novela “Pichis” (2016) de Martín Lasalt, se puede leer como la praxis de una poética. Dos “pichis”, El Cholo y la Chola, encuentran una cabeza en un contenedor de basura, entre el susto y la fascinación se la llevan a su rancho y justo a medianoche la cabeza habla y da una instrucción: “Que los justos vayan a lugares altos”.  El relato que se desarrolla luego son las peripecias de esta pareja al querer cumplir las palabras que la cabeza ha dicho y también diversos episodios que un Pichi, o persona que vive en situación de calle, debe solventar para su cruenta sobrevivencia. Pero no estamos ante una predecible mirada realista de unas vidas malogradas, sino que Lasalt dispone de una atmosfera donde realismo y absurdo no se repelen, sino que forman una inesperada unidad. Estamos ante un cuerpo textual que acepta en proporciones equilibradas el drama y la risa. Sí, porque una parte de Pichis hace reír, pero sin que las situaciones lleguen a ser evasivas. Al contrario, está novela más allá de ilustrar situaciones delirantes también habla de una sociedad, remarcando con sus protagonistas los síntomas de una colectividad con fallos a resolver. Y ahí es dónde está su mayor logro porque supera la prescripción de los géneros literarios, su tono y sus efectos al incluir en el mismo plano lo más crudo de una realidad social y lo fantástico tan propio del campo de la ficción.

El humor en literatura es un viejo y difícil recurso de acercarse a temas delicados que a veces, como en Pichis, se dispara entre la seriedad o la dignidad ridícula con que afrontan los personajes su forma de ser y de mirar los avatares de la trama y el cómo nos lo escriben y leemos. En Pichis hay una suerte de humor crítico que curiosamente se incorpora a nuestra mirada y nos ayuda a entender el mundo desde un punto de vista más irreverente y lúcido. En este sentido, lo que se narra en esta novela es una forma de realismo pues deforma una situación para hacerla absurda y risible, pero, aún más, visible. El mundo ni la vida se someten estrictamente a las leyes lógicas y por ello el humor es una forma de explicar el absurdo del mundo. Habría que recordar al poeta argentino Leonidas Lamborghini quien siempre decía: “Empieza la risa, empieza la tragedia”.

La prosa de Pichis oscila entre los rasgos que conocemos de una vida marginal signada por el hambre, la invisibilidad o la visibildad como sospecha y/o rechazo, la incomunicación, la violencia y también con pasajes donde hay una cabeza cercenada que habla, una Montevideo sin humanos, un barrio que vuela gracias a la música o la aparición del diablo que juega con la vulnerabilidad de los personajes protagonistas. Su propuesta es un difícil y ambicioso punto medio que nos recuerda el espejo que no queremos ver a la par que nos abre la puerta a mundos posibles que la buena literatura sabe ofrecer.

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Entre el cielo y la tierra. Reseña de La entrada al paraíso en EL OBSERVADOR, por Andrés Richiardulli

http://www.elobservador.com.uy/entre-el-cielo-y-la-tierra-n678667

Una de las características que tienen en común todas las buenas novelas es que son susceptibles de múltiples interpretaciones. Otra, que en la letra chica de la historia que se narra se esconde muchas veces la verdadera grandeza de la obra.

La entrada al paraíso de Martín Lasalt, Primer Premio Narradores de la Banda Oriental 2014, tiene esas dos virtudes a las que suma la rotunda actualidad de lo que cuenta. La historia incluye un secuestro, una pareja en crisis, la presencia por varias vías de los Testigos de Jehová y de una iglesia evangelista anónima, y varios arquetipos sociales que sirven para retratar un costado desolador del Uruguay posmoderno.

Que todo esto quepa en una novela de 139 páginas es ya una muestra de la capacidad narrativa de Lasalt, que se revela como un escritor muy solvente, poseedor de una voz que no duda nunca aun cuando se mete en terrenos que suelen ser pantanosos, como los saltos temporales.

La acción se desarrolla en un lugar difuso, abstracto, que bien pude ser la periferia de Montevideo o un pueblo cualquiera del interior del país. Esta elección no es menor, ya que le permite al autor centrarse solo en la historia, alejándose así de cualquier digresión superflua y, al mismo tiempo, montar el teatro adecuado para que el lector sienta y reconozca a cada uno de los personajes que desfilan.

Matilde y Sergio, una joven pareja que lleva dos años conviviendo y que acaban de tener un hijo, deben afrontar la desaparición del niño, una tarde cualquiera. La novela es la crónica de la desesperación compartida pero distinta de los protagonistas, la ruptura paulatina pero no definitiva del vínculo, las locuras que realizan uno y otro ante lo inconcebible.

Como señala Tomás de Mattos en el prólogo, lo extraordinario es que cada uno reacciona según la crianza que ha tenido, según su pasado, según lo que es por naturaleza pero también por lo inculcado. Mientras que Matilde es hija de una seguidora acérrima de los Testigos de Jehová; Sergio es un laico que solo cree en la racionalidad de las cosas.

Lo relevante es que ni el camino espiritual ni el terrenal parecen ofrecer una salida a la desesperación, al horror del hijo perdido para siempre. Tampoco la hay en las pastillas a las que recurre Matilde ni en el alcohol en el que se refugia Sergio.

Y sin embargo, a pesar de estar atrapados por el dolor, ambos luchan a su manera para no derrumbarse definitivamente, para no odiarse para siempre, para seguir siendo Matilde y Sergio un día más.

Lasalt es capaz de plasmar en tres páginas escenas de una intensidad superlativa y de honda significación, cosa que no se veía desde hace tiempo en la literatura nacional. La escritura es impecable, aun en el caso de algún exceso, como la algo larga descarga de artillería contra los Testigos de Jehová, que incluye algún lugar común.

Destaca por sobre todo un sacrificio que realiza Sergio en plena locura (o en plena lucidez), que es digno de una película de Andréi Tarkovski. La expresividad de ese pasaje justifica toda la novela que en ese momento memorable no se lee, se ve, se siente, se sufre en carne propia.

Pero es Matilde la que carga el mayor peso. Por madre y por ser ella la que estaba al cuidado del niño el día fatal. Es a Matilde a la que su propia familia abandona sin piedad, a la que todo el mundo trata con condescendencia, la que recibe obsequios estúpidos, a la que echan del trabajo, a la que la vida se le terminó. Consciente de todo esto, el autor le reserva un final memorable.

La entrada al paraíso es una novela imprescindible y Martín Lasalt, un escritor a seguir muy de cerca.

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ENTREGA DEL PREMIO NARRADORES DE LA BANDA ORIENTAL, NOVELA «LA ENTRADA AL PARAÍSO»

diploma, medalla, certificado, el sábado pasado, 29 de agosto de 2015, fue la entrega del premio Narradores dela Banda Oriental en la ciudad de Lavalleja, y el día, de principio a fin, en la casa de Andrea, de Carmen, en la intendencia, con las palabras de Oscar Brando, las hijas de Morosoli, la buena onda de toda la gente de Minas, de la fundación Lolita Rubial y de la gente de la editorial, y mi flia, y la gente del taller, que son los genios más grandes del mundo, y el asado, y la luna llena, fueron puros puntos altos.

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LA NOVELA ROMÁNTICA

El último libro de Johana Swasborough, «Pasión Prohibida», es récord de ventas en Estados Unidos. La escritora, nacida en Minnesota en 1956, ha escrito ya una treintena de novelas, de la cual Pasión Prohibida, es sin dudas la más lograda.
HAY COMENTARIOS:
MARIA CARMELA
yo quiero ler la novela de Swasbrrown, porque es romantica amasnopoder y me a gustado siempre y me ase sentir el amor que no me dan en mi casa
JMNNnsn
Johana eres la mejor! Te amo! Leí todas tus novelas y estoy enamorada de todas las heroínas y de los héroes y me la paso tan caliente pensando en eso que no nesesito ninguna bombacha elétrica. 😉
MURCIA
Me he quedado atónita. Había creído que no iba a escribir por lo menos hasta dentro de un año, después de la tragedia…
MARIA CARMELA
¿Qué tragedia?
MURCIA
A Johana se le ha muerto el marido el año pasado. Lo encontraron en un hotel de citas en Boston.
JMNNnsn
Mursia, la bombacha elétrica no es ninguna nobedad, pero ai que ver lo prejuiciosos que son en la madre patria ¡si tendremos que aprender todavia de los animales! 😉
MURCIA
???
ROBERTO
Las últimas novelas han venido un poquito flojonas, a ver si con esta vuelve al nivel que tenía en las primeras, que fue cuando más me gustó. Yo la verdad que no entiendo cómo alguien no puede escribir lo mismo toda la vida, si es lo que les gusta, ¿no? Y aunque no les guste. Mira, mi padre trabajó toda la vida en el correo y mierda que le iba a gustar, lo odiaba, pero no por eso dejaba de hacer su trabajo con el mismo esmero a los sesenta y cinco años, que fue cuando lo atropelló el 51 en la esquina de Serrano y Cinca. Era un gorrón, es cierto, mi madre lo hubiera matado si no se le adelantaba el autobús, pero ya esa es otra historia.
JMNNnsn
Se creen que porque viven en españa son mejores y saben usar elidioma y disenquenelcaribe nosabemos usar nilabarraespasiadora, pero mira quetenemos amariovargasyosa y a gabriel garcia marquéz que se ganaron el oscar al mejor libro a ver quien se ganó el oscar en españa, nomas javier bardem que se fue a putiar a los estados unidos con los ermanos cojen y nomas para aser de asesino por algo será, no?
ABIGAIL
Siempre critican a la novela romántica como si fuera simplota y para mujeres calentonas. Eso no sólo es sexista, sino que es hablar sin saber, porque en las novelas románticas yo he aprendido muchísimas cosas de la historia de los Estados Unidos, de navegación, de química, de la iglesia anglicana y protocolo, y ni que hablar de la larguísima lista de eufemismos para las palabras pene y vagina que son palabras espantosas. En fin, que nada más por el bien al idioma en el uso de los eufemismos para los órganos sexuales las novelas románticas se merecen nuestro respeto.
MURCIA
Coincido contigo, Abigail.
JMNNnsn
Ai ya estás de nuevo, Murcia, quién te pregunto? ¿Quién le preguntó a Murcia qué opinaba, eh?
ROBERTO
Yo no, por cierto.
BARDEM
Qué tienen en contra de Javier Bardem? Ustedes tienen idea de lo difícil que es hacerse el malo con un peinado como el que le hicieron los Cohen?
Además hizo del guasón en la última de James Bond, y casi se lo clava, que eso no lo hace cualquiera.
MARIA CARMELA
No nos peliemos, que si estamos todos aquí es porque nos gustan las novelas de Swasborough
ROBERTO

A mí la última de Bond no me gustó.

BARDEM
Coincido contigo
MARIA CARMELA
Gracias, así es mejor.